domingo, 18 de julio de 2010
El Entretenimiento (Alcohol y drogas) - El Plano Sublime - Ramtha
Como seres espirituales, ¿cuál es nuestra posición con respecto al entretenimiento? ¿Necesita el espíritu del entretenimiento? ¿Lo necesita el cuerpo? Siempre, siempre. Hoy por hoy, la mayor parte del entretenimiento no está orientada hacia el espíritu. Las magníficas, magníficas melodías de la antigüedad estaban orientadas al espíritu. Inspiraban. La razón por la cual se describe a los ángeles tocando arpas y el motivo por el cual tocan el arpa es porque la música nos transporta al reino angelical. Y eso es realmente clave. Esos grandes maestros que aparecen aquí, que dentro de su potencial extraordinario1 han decidido ser eso, cuando llegan aquí su trabajo es tocar las melodías del reino celestial, del Plano Sublime. Ellos traen esas
melodías consigo.
De esos maestros verdaderos, que saben componer música cuyo sonido vibra en el cerebro como modelos holográficos propios, hay muy pocos aquí hoy en día. El sonido agradable de la música no implica que esté causando algún efecto. ¿Comprendes? Porque la mayoría de lo que se vende hoy en el mundo del entretenimiento es sexo, violencia, el asesinato de la inocencia, la violación de la inocencia. La violencia vende.
De modo que lo que es y será comerciable es aquello que le llama la atención a la naturaleza baja de los seres humanos. Es escaso el auditorio que va en contra de la corriente y puede componer una pieza que produzca un ascenso rápido de energía en un lugar diferente de los tres primeros sellos. Hace mucho que se fueron esos maestros.
Entonces, en una época, no era que el espíritu necesitara entretenimiento, sino que necesitaba que hicieran vibrar su corazón. Y en aquellos tiempos antiguos, ese trabajo lo ejecutaban esos grandes compositores. Ellos sabían cómo restaurar el alma. Sabían cómo sosegar el cuerpo y cómo liberar el espíritu. Promovían —y así
fue en verdad— un sendero individual de soñar en el reino celestial. Eso era algo natural; no era entretenimiento. Hoy en día lo es.
Y yo te digo que es tan pobre... Si realmente sabes que la conciencia y energía crean la realidad, entonces échale un vistazo a lo que se produce hoy en la plaza del mercado. ¿Y qué tipo de realidad se cultiva? Un desplome de la nueva generación. No tienen moral ni respeto por la vida. Y es algo que las drogas estimulan. Y
cuando están narcotizados hasta más no poder, se cae el velo y quedan libres para asesinar, mutilar, robar, violar y abusar; y a esto lo llamamos entretenimiento. La belleza de un hombre o una mujer ya no es sagrada; es una mercancía negociable que se tiene o no se tiene. Y qué mundo tan cruel nos hemos proporcionado y traído hasta nuestro umbral.
Cuando entendemos que el entretenimiento es la realidad, entonces te aconsejaría, mi amada entidad, que no veas lo que no estés dispuesto a experimentar. Si todavía te fascina la violencia, la degradación del cuerpo humano, la perversión del acto sexual, ahora lo tienes todo a tu disposición, te vas a sentir atraído a ello, te va
a entretener y te va a hipnotizar. Eso muestra realmente dónde estás; así de sencillo. No hay ningún mensaje oculto aquí. Pero cuando nos sentamos embelesados frente a aquello que se llama un espectáculo, ¿es éste diferente al que creamos en el Plano del Paraíso? ¿No creamos un espectáculo allí para ser actores aquí? Así
que si nos sentamos a observar a otro, este potencial holográfico que se nos presenta, ¿no nos convertimos en partícipes y no lo estamos poniendo en marcha en nuestra vida? Por supuesto. ¿Cómo se puede probar eso?
Con el comercio. El comercio te obliga a comprar cosas que normalmente no comprarías. ¿Por qué crees que el entretenimiento es diferente? Estás comprando acciones en el programa. Así es como es. Esto no quiere decir que no seas tan duro como una piedra y que no puedas ver nada sin que te haga mella. Pero todavía no
estás allí. Se te puede seducir en los tres primeros sellos y dejarte atrapado allí. Y no se requiere de una entidad particularmente bien parecida. Así de susceptible eres. Se te puede inducir a robarle a otro; no se requiere mucho. Lo único que tenemos que hacer es tener la oportunidad. Como lo hemos visto, lo haremos.
¿Comprendes? Somos vulnerables, vulnerables. El entretenimiento no debería interesarle a lo que no exalte el espíritu en el hombre y la mujer. Eso no es entretenimiento. Pero sea lo que fuere, eres libre de hacer lo que quieras. No estoy aquí para decirte que no puedes. Porque, al fin y al cabo, recuerda la ley: cualquier cosa que hagas, te la haces a ti mismo. ¿Comprendes? Se hace por medio de tu invitación. Y muchos de los problemas de tu vida se pueden adjudicar al entretenimiento, lo has invitado a tu vida. Pero no seas su víctima; tú elegiste
que te entretuvieran. ¿Comprendes? Así es como funciona.
Alcohol
Ahora, dejar caer el velo mediante el alcohol. Será mejor que estés en un lugar realmente limpio cuando quieras dejar caer el velo, y asegúrate de que hay alguien sentado en el trono porque, apenas pierdas tus facultades, el velo caerá. ¿Y en qué ambiente estás sentado? ¿Quién va a entrar directamente en él? Un maestro sabio sabe esto; un tonto no lo sabe, o no le presta atención. Se aparta la bajeza y estamos protegidos por un escudo de amor. Deberías recordar eso.
Yo te diría que no dejes caer los velos en lugares públicos, porque en esos espacios están los niveles de aquellos de los cuales no hemos hablado aún, es decir, los que no lograron llegar al Plano Sublime. ¿Y dónde están ellos? En infrarrojo. ¿Y por qué están todavía allí? Porque todavía desean lo que hay allí. Entonces, ¿quiénes son esas personas? Bien. Imagina nada más el lugar donde se encuentran. Tenemos que
comprender que ellos son «devoradores» que se alimentan de tu experiencia, puesto que ellos no pueden interactuar en este mundo. ¿Ves? No tienen un cuerpo con el cual crear la realidad, así que ésta se detiene y todo lo que hacen es atormentar cualquier forma humana que se encuentre aquí. Ellos habitan en los lugares públicos y se quedaron allí por una razón: estaban atrapados en una forma de vida.
Si pudieras ver lo que yo veo en tus lugares de diversión, nunca irías allí porque no estás listo para ir. Puedes hacerlo cuando seas un maestro desarrollado, puesto que podrás ver lo que espera en el portal antes de que entres en el edificio. Podrás ver quién está en el edificio. Los ves colgados de los árboles o de las líneas
de alta tensión. Se dan codazos para obtener un buen lugar; el mejor lugar, tal como lo hicieron en vida. Y andan en manadas. Te caen como garrapatas que caen desde los árboles sobre la espalda del ciervo; es algo asqueroso. Son criaturas de aspecto miserable y te caen encima cuando entras. Y cuando dejas caer el velo se alimentan de ti y te harán ejecutar actos que nunca antes habías pensado realizar, pero que frecuentemente conducen al desmoronamiento de la propia vida de uno. Porque, ¿cómo podemos culparlos si fuimos nosotros quienes los invitamos?
Cuando somos un maestro podemos ir a esos lugares y comunicarnos con ellos. Y cuando saben que alguien los está viendo realmente, es asombroso. Algunos corren a esconderse. Otros simplemente se quedan ahí pálidos frente a la sabiduría imponente. A veces escuchan, otras continúan su camino. Ahora, eso es lo que hace un maestro. Una persona ignorante ni siquiera puede llegar a imaginarse lo que lo rodea. Tienes que estar listo para ver lo que vas a ver. Además, tienes que estar listo para comprender qué es lo que estás invitando, a qué clase de piojos y parásitos estás convidando. Voy a hacerte una pregunta: ¿estás tú tan lejos de ser uno de ellos? Algunas personas ven esto como un estilo de vida. Si aquí se ve como un estilo de vida, después de la muerte realmente lo será. Tenemos que cambiarlo.
Está bien tomar vino u otras bebidas alcohólicas, pero quiero que sepas que te vuelves vulnerable. Y escoge con sabiduría la compañía con la que vas a beber. Y nunca bebas hasta el punto de perder la capacidad de razonar porque cuando lo haces, te has excedido y estás matando tu cerebro. Drogas
Por otro lado, las drogas se producen para emular estimulantes alucinógenos o para que se agrupen de tal modo que distorsionen químicamente la actividad neuronal. Las drogas son lo peor de todo porque destruyen el cerebro. Y en el caso de la marihuana, esta hierba se creó para ayudar a los animales que sufrían dolores. Se
le llamaba «hierba loca». Los animales iban a buscarla, la comían para que les quitara el dolor y permitía que su espíritu pasara a un estado de shock, que a su vez impulsaba al animal a buscar agua. Era un calmante. Pero ¿sabes qué es lo que calma el dolor? La muerte del cerebro, ¿no es así? Si el cerebro está anestesiado,
no se sentirá el dolor. Pues bien. La hierba se creó para ese fin y fue idea de un grupo de dioses muy compasivo.
Tú la has usado para embotar la sensación de tu pena emocional y tu vida aburrida. Pero entiende que el efecto te proporciona un «subidón»4, mas lo que realmente sucede es que la neurona muere. Es una explosión de luz, pero no hay receptor. La neurona está muriendo.
La hierba se creó para eso, para entumecer los sentidos. Da la impresión de que tienes un sentido elevado de conciencia, pero no es así. Ese no es un estado en el que seamos espirituales, pues lo último que queremos hacer es dañar el cerebro; es la computadora más avanzada que debemos utilizar para concluir nuestra obra.
Si dañamos alguno de sus circuitos, entonces realmente estamos trabajando con una pieza defectuosa que sólo nos puede perjudicar. Entonces yo te pregunto, ¿qué cosa es tan terrible que no se pueda soportar? ¿Por qué te tienes que drogar, por qué necesitas un «subidón»? Porque estás en un bajón. Bueno, el querer «subir»
significa que estás abajo. ¿Qué tiene de malo procesar energía? ¿No crees que eres lo suficientemente fuerte para hacerlo? Es cierto que el ser humano es una criatura impaciente, pero también es peligroso cuando está acorralado. ¿Eres tan cobarde que no eres capaz de encarar los problemas que has creado? Después de todo, las dificultades nunca serán más grandes que tú porque provienen de ti. ¿O lo que pasa es que puedes repartirlas, pero no puedes soportarlas cuando regresan? Ciertamente una droga se usa para mitigar la sensación del retorno de lo que has repartido. En tu lugar, yo reflexionaría sobre esto.
¿Por qué querrías hacer eso? Si es por la sensación de éxtasis o de sentirte libre por un momento y si puedes justificar que vale la pena destruir el cerebro por esos momentos, entonces es tu vida, ¿verdad? Pero te estoy diciendo qué recibirás a cambio. Eres cobarde y débil si no puedes enfrentarte a lo que has repartido.
Si tienes que escapar de la realidad, no mereces ser una persona espiritual; no mereces ser un maestro porque no tienes lo que se requiere. Un maestro no se escapa de lo que ha creado así como tú no querrías huirle al trabajo el día siguiente. Nosotros lo hemos creado. Nuestra naturaleza es ser creadores, experimentar. No
tiene nada de malo averiguar qué es o cómo es, pero una vez es suficiente.
Las drogas. ¿Por qué tienes que justificarlas? ¿Por qué tratas de convertirlas en algo que no son? ¿Tienes que defenderlas? ¿Es sentirte bien lo que realmente es importante para ti? ¿Qué hiciste hoy cuando te dije que cuando empezamos a encarar lo que se llama nuestro Yo fracturado, y que cuando traemos a casa la energía,
cuando cortamos en pedazos nuestro pasado y recuperamos nuestro poder, todo pasa por el cuerpo emocional? ¿Cómo vas a manejar eso? ¿O es que te aterroriza? ¿Piensas que si te emborrachas o si te drogas de algún modo calmarás el efecto del hijo pródigo que vuelve a casa? ¿Por qué querrías hacer eso? Es sólo a través de ese regreso y esa noche oscura del alma5 como se purifica la energía que deseamos recuperar. No queremos que regrese a nosotros en forma de envidia, celos, odio, malicia, avaricia, codicia o astucia. No queremos que regrese así.
La queremos limpia para que podamos utilizarla en la elaboración de un realismo fantástico. De modo que hay que purificarla. La energía solamente se purifica cuando regresa a su emisor. Quizás te asusta el hecho de que vas a tener que experimentar un poco de sufrimiento por lo que repartiste. Si no lo haces, eres cobarde. Y
te digo que mitigar ese retorno es algo tonto, porque esta vida no es para sentirse bien. Esta vida es para ser un creador, no para sentirse bien. Y como sabes, no creamos para sentirnos bien.
Ahora, todavía puedes hacer lo que quieras. Te he enseñado bien. He razonado bien contigo. Y si lo haces, no estarás ni equivocado ni en lo correcto; es una elección, la misma que se hace cuando deseamos ser espirituales. Es lo que elegimos para nosotros mismos. No hay estado de éxtasis más elevado que el de Dios.
No hay éxtasis mayor que ser absoluta y totalmente espiritual. Caminar como un Cristo es el mayor éxtasis que hay. Y sabes que mereces caminar como uno cuando has recorrido el sendero y lo has aguantado todo. El significado de la cruz, el tormento y el sufrimiento es mostrarnos que uno debe estar dispuesto a experimentarlo para que pueda ser restaurado, y así es.
Tenemos que llegar a una decisión superior en nuestras vidas antes de cosechar la riqueza que ya hemos creado en otro lugar y que con justicia nos merecemos. Y si podemos vivir uno, dos o tres días espléndidos siendo eso y nada más, no tendremos tanto de qué hablar como antes, porque no podremos entablar una conversación. Ni siquiera podremos decir: «¿Cómo estás?» ¿Por qué querríamos decir cómo estamos? ¿Por
qué querríamos hacerle esa pregunta a un maestro? Porque eso no es importante para una persona espiritual.
Los maestros no vienen y preguntan: «Hey, tío, ¿qué onda? Hace mucho que no te veo. ¿En qué andas?»
Ellos no hablan de ese modo. ¡Dios! Solamente tú hablas así. Ellos no se expresan así.
Entonces, ¿qué vas a hacer ahora? No les vas a preguntar cómo están, porque no es una pregunta importante; ni siquiera es sincera. Es sólo para conversar. Y nunca deberías decirle a la gente que se ven muy bien porque han perdido peso. Es terrible decirle a alguien: «Ah, te ves espléndido; debiste de haber perdido peso». ¿Y eso qué tiene que ver? Ya no podemos usar eso, ahora está fuera de tu perspectiva. El peso no es un tema que interese en una conversación entre maestros, ¿correcto? Tampoco vas a preguntar: «¿Todo bien en tu vida?» Al Yo espiritual siempre le va bien. ¿Cómo más podría estar? ¿De qué vas a hablar entonces?
«Qué día tan estupendo.» Habla sobre una aventura; eso en sí mismo será una, ¿verdad? Será algo tan dulce...
Si podemos hacer esto uno, dos o tres días, ¡Dios mío!, vamos a ver los resultados de esa energía radiante. Vas a entender lo que quiero decir cuando afirmo que emites un campo de energía radiante. Empezarás a verlo. Sabes que te vas a sentir mejor porque no tienes problemas ni preocupaciones, puesto que escogiste no tenerlos. Simplemente elegiste no tenerlos. Eso significa que tu semblante será más liviano.
Otra cosa es que no vas a pasar el día tratando de ser sagaz o astuto y todo eso, así que eso ya no está ahí. ¡Por Dios! ¿Cuánta energía vas a tener detonando a tu alrededor cuando ya no tengas que hacer todas esas cosas? Muchísima. Pues bien. Pienso que podrás sacarte lunares del cuerpo y curar los juanetes.
Tendrás suficiente energía para hacerlo. Y si lo haces simplemente durante tres días, vas a ver la diferencia. Para nosotros es suficiente nunca haber querido regresar, ¿verdad? Es suficiente que una legión de nosotros haya probado y aprendido y nunca regrese porque hay algo más que esto, y yo tan sólo te he dado
palabras. Pero si has escuchado con atención, has moldeado brillantemente esas manifestaciones del lenguaje, de la creación de imágenes, entonces has pensado al unísono conmigo. De hecho, has creado las imágenes de las enseñanzas mientras yo hablaba, lo que siempre será mucho más brillante que mis palabras lastimeras. Pero ellas se entregan para inspirar esas imágenes.
El trabajo - El Plano Sublime - Ramtha
Ahora, cuando empezamos el día, cualquiera que sea nuestro trabajo, lo hacemos por un salario o sueldo justo. Es algo honroso cumplir y ejecutar las labores por las que te pagan. Todos los maestros que han caminado sobre este plano lo han hecho. Algunos de ellos han realizado trabajos muy humildes, lo que fue una
oportunidad excelente para observar sus actitudes. Cuando tomes el trono del Espíritu Santo, el tercer punto de la lista es:
Este día déjame ejecutar mi trabajo desde el justo lugar de mi Espíritu Santo.
Surge entonces la pregunta: ¿te mereces de repente un aumento de sueldo sólo porque ya te has vuelto espiritual? No. El aumento consiste en subir la energía espiritual. Eso es algo que ya no te cuestionas. No se trata de obtener una moneda por el esfuerzo; se trata del esfuerzo. Es en eso en lo que estamos interesados.
Si ahora estamos sentados en un lugar de poder, en un lugar de espiritualidad, lo que realmente nos interesa son nuestras interacciones; eso es lo que realmente cuenta. Queremos ser capaces de colocar al Espíritu Santo en un lugar mágico, y el lugar de trabajo es un lugar mágico. No es una excusa Para recaer en viejos patrones de hábitos. Es el lugar ideal para empezar a recuperar el poder. No es quitarle el poder a otra persona, es recuperar el poder que nosotros hemos colocado
allí. Eso es lo que queremos hacer.
Y cuando trabajamos por el honor de nuestro espíritu más que por el dólar que nos den al final del día, estamos laborando en los campos de Dios, y es allí donde deberíamos estar porque en la lista, más abajo, aparece el asunto de la riqueza fabulosa. Porque mientras más cerca estés espiritualmente, mientras más
consistente seas, más grandiosa será esa realidad.
Y la riqueza fabulosa ciertamente no va a venir del trabajo; viene del Plano Sublime a través de una puerta extraordinaria que se abre hacia una aventura totalmente nueva, la aventura que todos nosotros, por lo menos la mayoría de nosotros, planeamos con tanto cuidado. De allí viene tu riqueza fabulosa, no de tu trabajo.
Pero la idea es realizar nuestro oficio honestamente sin cortar por el camino más fácil, porque cuando lo hacemos, estamos cortando nuestro propio camino. ¿Comprendes? En otras palabras, no engañamos a nadie; nos engañamos a nosotros mismos. Y si puedes tolerar eso, entonces te tengo muy poco respeto. Y si
engañas a otro —y te estás engañando a ti mismo porque de allí es de donde viene—, tengo muy poco respeto por tu humanidad y por el poder de tu espíritu, porque alguien te ha colocado en un lugar de confianza y estaba dispuesto a pagarte por ello.
Si decidimos convertirnos en personas espirituales, ya no debemos ver la utilidad de nuestra vida en términos del dólar. Eso tiene que terminar. Más bien, deberíamos buscar el uso de nuestro espíritu en maneras en las que a diario lo dotemos de poder, porque de allí vendrá la gran veta madre. ¿Comprendes eso? Caer en una actitud de tomar el camino fácil, tomarse demasiado tiempo y demasiadas libertades, sí, estás engañando en tu trabajo, pero lo peor de todo es que te estás engañando a ti mismo. Y lo peor es que el que lo hace piensa que se sale con la suya. Esa es la mentira. No es así, porque lo que hacemos, nos lo hacemos a nosotros mismos. ¿Todavía no has captado ese asunto?
Si salimos de los tres primeros sellos del superviviente: «Tengo que conseguir un trabajo, tengo que pagar esto, tengo que conseguir aquello y lo otro, tengo que tener comida sobre la mesa. Y puedo ser muy amable hasta que hablemos de dinero, y hasta ahí llegó todo.» —los tres primeros sellos son eso, ese es el animal al que me referí antes— cuando salimos de ese lugar, realmente nos vamos de allí y llegamos aquí (cuarto sello). Estamos reconstruyendo el templo; eso es lo que queremos.
Nuestro Dios siempre proveerá porque mientras nos esforcemos por llegar a ser ese ser espiritual e íntegro, ese campo energético del que dije que se notaría desde el primer día, ese campo radiante, mientras más poder se le dé, más poderoso será el pensamiento común. Imagina por un momento nuestro modo de pensar natural, que si el pensamiento común proviene del trono de nuestro Dios, desde este alto lugar que ahora vamos a ocupar, y si nuestro pensamiento común procede de allí, ¿qué tan cerca estamos de esa realidad? Hacemos que ésta caiga del cielo. Estamos más cerca de casa. Estamos más cerca de nuestra verdadera naturaleza que lo que estamos aquí abajo.
El camino espiritual no debe basarse en el dinero, sino en crecimiento espiritual. Eso no quiere decir que te vas a sentar como un holgazán a esperar que alguien se haga cargo de ti, porque así también te traicionas y te lastimas a ti mismo. Te lastimas en el sentido de no tener un lugar al cual ir durante el día donde se desafíen todas las facetas de tu ser. Necesitas un lugar de retos. Necesitas un lugar donde puedas aplicar esto en tu trabajo. De modo que es cuestión de levantarse y cumplir todas las obligaciones con rectitud. Porque al final del día, vas a saber si lo hiciste o no. Y si lo recortas, tú serás recortado. ¿Entiendes cómo funciona esto? Y es lo mismo cuando eres «el señor» en el trabajo. En ese caso, tienes que permitir que las entidades realicen su trabajo creativo. Y tú las contrataste para que hicieran un trabajo creativo. Deja de atropelladas.
Permíteles que sean creativas. Dales espacio para que aprendan en tu presencia. Esto funciona en ambos sentidos. Un patrón justo es algo poco común. Un patrón justo, cariñoso y recto es muy poco común. Cuando tenemos gente ocho horas del día bajo nuestra responsabilidad, es mejor que seamos un legislador justo, porque lo que les hagamos a ellos, nos lo hacemos a nosotros mismos. Si abusamos de ellos y los hacemos parecer inferiores porque sus deberes aparentemente son insignificantes comparados con el enorme panorama de nuestra vida, nosotros somos los tontos. Somos nosotros quienes nos mostramos realmente inferiores.
Todo trabajador que a diario nos entrega ocho o nueve horas de su vida merece respeto y consideración. Y no deberíamos verlos como esclavos, sirvientes, o sea, la vieja idea de que la jerarquía sea atendida por los que nunca hacen nada bien. Aunque en la idea del espíritu, un ser espiritual verdadero es aquel que presta servicio, ¿no es así? Cuando eliminamos todas estas actitudes de superior e inferior, entonces hay un campo radiante de amor en el cual brillamos, crecemos y florecemos. Ninguna cantidad de dinero nos da derecho a abusar de alguien que trabaje para nosotros. Y si no podemos ser compasivos y afectuosos, pero no obstante directos, si no les damos a esas maravillosas vidas espacio para crear de una manera creativa y retadora dentro de nuestro espacio y tiempo, los sofocamos y entonces nos sofocamos a nosotros mismos. Si abusamos de ellos y los tratamos mal, entonces no los merecemos, no somos patrones justos. No necesitamos tener poder sobre nadie.
Pero si aprendemos a respetarlos porque ellos son nosotros y nosotros somos ellos, entonces aprendemos a comprender que ellos son Dios, así como nosotros, y sabemos que les proporcionamos un patio de juegos, una arena donde enfrentar los problemas durante su día, les hemos dado una oportunidad y nos la hemos dado a nosotros. Cuando los administremos desde un estado de amor, nos daremos cuenta de que realmente no hace falta una administración, porque la gente correcta no necesita que la vigilen. ¿Comprendes?
Ese es un medio ambiente amoroso donde el jardín puede florecer, y sí que florecerá. La maleza no podrá medrar; será fácil de arrancar. Una persona que no sea emprendedora o motivadora saltará a la vista. Ese no es lugar para ellas.
Así que un gran «señor» tiene la manera ingeniosa de encontrar personas ingeniosas que trabajen en su realidad, y no obstante les da espacio para que creen la suya propia. Y es una entidad muy poco común la que hace esto con honor, amor y confianza. Funciona en ambos sentidos, ¿no es verdad? Nunca le hacemos a otro lo que no nos haríamos a nosotros mismos; nunca.
Si entre nosotros hay un ladrón o un villano, lo sabremos. Lo sabremos porque en el Espíritu nada está escondido y será revelado. Y la manera justa de hacerlo es indicárselo a la persona que es el villano. El peor castigo es ser retirado de un jardín donde todo el mundo florece excepto uno. Eso es castigo suficiente, ¿verdad? Perder la oportunidad de crecer verdaderamente y ser rosas, crecer y ser lirios; poder tener el perfume de la creación espiritual, esa es tu recompensa justa: no poder estar en un medio ambiente así. Por supuesto tú lo creaste y te lo mereces. No es un problema de confianza. Cuando tu señor al que sirves está sentado sobre el trono del espíritu, lo sabrá todo porque esa es su disposición natural.
De modo que el trabajo no debe ser una cuestión de pesos y centavos, sino de aplicar una energía impecable y procesos de pensamiento impecables.
Ahora, los que regateáis entre vosotros. En este auditorio hay algunos que tenéis el hábito malicioso de aprovecharos de los demás y eso debe terminar. En otras palabras, si le pides a un artesano calificado, miembro de esta gran familia, que haga algún trabajo y te dice cuánto cuesta, el precio es justo. Si no te gusta lo que piden, entonces busca a otro que lo haga por lo que estás dispuesto a pagar. Pero no trates de obligarlos a que rebajen el precio de su trabajo. Eso no es correcto ni inteligente. Y no me digas que eso es parte de tu herencia cultural, esa es una afirmación torpe y retrógrada. En esta coyuntura no existe algo así como la nacionalidad. El Espíritu no es nacionalista.
No hagas eso. No trates de quitarle a tu hermano o hermana lo que piden a cambio de su energía. Los ennobleces al aceptarlo. Los dignificas y los exaltas, ¿no es verdad? Los dignificas y, si ellos son justos, a su vez te dignificarán con un trabajo superior.
Por otro lado, no saques provecho de una situación al cambiar súbitamente tus honorarios. No digas que la semana pasada era tanto, pero que ésta, como es fulano, entonces el precio es el doble. Eso es aprovecharse de la gente, es algo improcedente.
Ahora escúchame bien. Lo que no queremos hacer en la vida espiritual es continuar fomentando la condición de víctima, especialmente dentro de este grupo. Aquí no queremos darle a nadie la ocasión de ser la víctima. ¿Comprendes? Ese juego se terminó aquí. En este grupo queremos practicar la integridad, la honradez y la confianza. No sientes un precedente diciendo: «No le gustó, entonces se portó como una víctima». No hagas eso. Esto es una familia espiritual. No salgas intencionalmente a victimizar a alguien y luego usar las enseñanzas para decir «fulano es una víctima», simplemente para justificarte de algún modo. Eso es un error. Es improcedente y no es espiritual.
En este grupo no queremos darle a nadie la más mínima oportunidad de ser una víctima, porque este no debe ser un grupo donde exista esa elección. ¿Comprendes? Esa es una elección en el mundo corriente, pero no aquí. Y no practiquéis esos juegos propios del mundo exterior aquí entre vosotros. Hagamos a otros lo que nos hacemos a nosotros mismos. ¿Qué mejor grupo para poner eso en práctica?
Quizás fuera agradable decir: «Me parece que has subestimado tu precio. Creo que mereces más de lo que has pedido». Págales así. ¿No sería eso un cambio? Pero ¿no es eso practicar lo excepcional en lugar de lo predecible? Esas son las pequeñas zonas que empezamos a alimentar aquí. En este grupo nadie debería apuntarle a otro para victimizarlo intencionalmente y hacerlo sentir miserable porque es una víctima. Eso sería algo muy ruin, repugnante. Y yo sé cuando lo estás haciendo. Lo que le haces a otro, te lo haces a ti mismo. Te juro que es así.
Entonces no trates de economizar. ¿Por qué no ensayas lo contrario? ¿Por qué no aprecias y encuentras valor verdadero en vez de pesos y centavos? ¿Me entiendes?
¿Está claro lo que dije sobre el trabajo? Es importante que abordes este asunto como un ser espiritual y no como un ser físico con cierta identidad. ¿Ves el valor que tiene esto? Porque ya no estamos trabajando sólo por los dólares; lo hacemos por la libertad del espíritu, que es el lugar más prístino para aplicar esto. Y funciona en ambas direcciones.
El Sexo - El Plano Sublime - Ramtha
Al finalizar el día cuando regresamos a nuestra familia, ¿cómo debemos volver a casa? ¿Debemos llegar agobiados o debemos crear el regreso a casa como otra experiencia gozosa? Si hacemos esto y hemos pasado nuestro día con probidad, llegaremos a casa no fatigados, ni cansados, sino exaltados y tendremos momentos agradables para compartir con nuestros compañeros, y ellos los tendrán con nosotros. Y cada uno tendrá un tiempo igual para compartir. ¿Qué hacemos entonces, como personas espirituales, con aquellos que están en nuestra vida? ¿Cómo encaja la sexualidad en todo esto? Bien. Para ti este asunto es tan importante como el asunto del dinero. Pero yo te digo que cuando te liberes de la decadencia, entenderás que el acto sexual es realmente la representación de una unión de Dios con el Yo y su opuesto, que lucha por ser neutral, ser total, completo. Entonces es un acto muy sagrado. Ha sido humillado, destruido, degradado en la plaza del mercado. Ha
afectado incluso a inocentes. Es un acto sagrado y santo. ¿Hay algo de bueno o malo en ello? No. Hay sólo actitud.
Si recordamos que el cuerpo se convierte en el templo del Dios viviente, y escogemos ser ese Dios viviente, entonces depende también de nosotros decidir quién entra en él. No debería ser sencillamente porque somos como animales y estamos en celo. Esa es una mala excusa. Y aquí todos, con excepción de los niños, han experimentado esa libertad sexual.
También hemos entendido que en el sexo hay algo que se ha perdido. Hay algo que lo deja incompleto. No obstante, si se da y se ejecuta en un estado de amor espiritual puro, se abren todos los sellos y la energía puede hacer su recorrido desde arriba hasta abajo del todo, lo que produce una sensación orgásmica tremenda que va hasta el cerebro y explota en la cabeza. Es la experiencia del Kundalini en acción. ¿Debería ser algo que se hace informalmente? Depende de vosotros, pero para un hombre o mujer santos, nunca debería ser así. No es algo que hacemos casualmente con los amigos; es un lugar sagrado y honorable. Ahora bien. Podríamos tener una discusión extensa sobre las enfermedades venéreas, y no hay que ser una persona demasiado espiritual para determinar con precisión de dónde vienen. Provienen de una naturaleza excesiva y profana. Son una enfermedad. En inglés la palabra es dis ease, algo que quita el alivio o el sosiego. Y si las tienes, es porque has abusado de tu naturaleza. Es muy sencillo. No es que sea un problema kármico. Simplemente es así.
Un hombre y una mujer castos son una rareza en el mundo. Casto en el sentido de que es algo sagrado, santo, que se comparte como un campo unificado. Es un campo que consolida los opuestos. Alguien escoge ser así y comparte de esa forma. Es lo más íntimo de nuestra naturaleza. ¿Hay algo más íntimo que eso? ¿De qué otra forma que no sea la penetración nos acercamos más a otra persona en el reino físico? Es algo muy cercano. La otra más cercana fue cuando estuvimos en la matriz de nuestras madres. Así de cercano y sagrado es.
El acto es tan sagrado como una criatura en el vientre. No debería ser más que dos dioses que se unen en un encuentro. Entonces es algo bello. Si se usa para comerciar, si se usa como lo hacen las prostitutas, si eres un proxeneta, o una hetaira y lo usas así, vas a morir porque se te ha escapado la verdadera belleza del acto.
Cuando somos espirituales entendemos esto así como entendemos el valor sagrado del templo, el valor sagrado del semen y de la energía que no siempre debe salir, sino subir hasta el cerebro. Nosotros entendemos esto. A ti aún te hace falta entenderlo. Empleas tu sexualidad —lo has hecho en el pasado como ser humano— para conseguir lo que quieres, especialmente las mujeres. Y ellas lo usan porque los hombres son débiles en esa zona. Lo único que saben es que se supone que tienen que impregnar el mundo, pero ese es el instinto animal que reúne las vacas y copula con todas. Ellos creen que ese es su derecho. Solamente los animales piensan así.
El sexo ha sido explotado. Y si lo usas para abusar de otros, abusarán de ti. Esa zona no escapa a las leyes inmutables. Lo que hacemos a otros, nos lo hacemos a nosotros mismos.
Ahora, no existe lo bueno ni lo malo, pero hay una diferencia y una cualidad en hacer el amor como un ser espiritual y no como un ser carnal. Es entonces cuando la energía empieza a golpear la cabeza y a hacer cosas maravillosas. De otro modo, no sucederá. El orgasmo sólo es orgásmico en los tres primeros sellos.
Hace que el corazón lata a una velocidad extraordinaria, lo que no necesariamente significa que sea algo bueno. Muchos hombres y mujeres han muerto en medio de la cópula porque, como sabes, la energía no está bien. Depende de ti. Este es nuestro templo, nuestro lugar sagrado y eso vale para cada parte de él, cada parte.
Ahora, puedes disentir, pero sólo vas a disentir desde la perspectiva humana. Puedes decir: «El sexo es para que lo experimentemos; podemos acostarnos con el mundo entero. Es así de sencillo». Entonces que esa sea tu verdad. Yo te estoy diciendo las cosas como son.
Disfrútalo, atesóralo. Amaos el uno al otro. Sé amable, apacible, considerado y compasivo. Pero, sobre todo, sé Dios. Entonces veremos magia pura en acción. Después de todo, es por medio del acto como nace el fruto del vientre. Debe ser una práctica santa y, ¡por Dios!, lo es.
¿Qué hay de la vida espiritual en los roles de los amantes? ¿Qué deben o no deben hacer? Eso se explica por sí mismo, ¿no es verdad? Cuando tenemos la fortuna de gravitar hacia esta zona, vamos a magnetizar seres que son semejantes a nosotros, cuya energía yace en el mismo lugar, cuyo viaje es el mismo viaje. Y nos vamos a enamorar porque en esa unión perfecta no existe la carencia. Allí no hay nada que crear; ya ha sido creado. Ese es un pegamento cósmico. Esa unión es pegamento cósmico y es hermosa. Es Dios-dador. Ambos son dadores. Por esa razón reciben en abundancia y es algo sublime. ¿Hay amantes que han sido maestros? Los ha habido por cientos de miles de años. ¿Hay otros maestros que no tienen amantes? Los ha habido por cientos de miles de años.
Queremos amar lo que somos. Si somos el humano vil, malcriado y mordido por nuestro pasado y debilitado por sus tragedias, inmediatamente tratamos de cambiar y manipular a la persona que está frente a nosotros para que siga por el mismo camino y regrese a nuestro antiguo sendero. Esa es una experiencia humillante.
Pero si ambos están acostumbrados a hacerlo, entonces les funciona muy bien. Ambos son víctimas, sufren, pelean y padecen juntos. Y en vez de una, son dos personas que señalan con el dedo acusador, lo que los hace sentir muy bien. Los seres humanos pueden tener este tipo de amor porque es una especie de amor de autoservicio.
El amor espiritual es de un orden diferente. No es así. En nuestra vida no queremos un amor que esté atrapado en el ayer porque entonces no será amor; será carencia. Si nos empecinamos en volver al pasado no nos llegará el futuro fabuloso en nuestro presente porque cada vez que lo hacemos dejamos a ese amor rezagado. Nosotros lo dejamos; él no nos deja a nosotros porque el amor es la constante. Cuando encontramos entidades así —y las vas a encontrar— su relación es de sanación y sustento; tienes una entidad que no señala con el dedo acusador, que no se lamenta, que no te responsabiliza de su felicidad. Has creado exactamente lo que eres porque esos son todos los elementos que tú eres. Por eso sois tan hermosos juntos; sois tan semejantes. ¿No es eso algo estimulante? ¿Podrías llegar a concebir eso, gozar de
un amante que no tenga problemas? Esa es entonces una verdadera relación espiritual, porque para el espíritu no existen los problemas; sólo las oportunidades. ¿Comprendes?
Y si compartes con muchos camaradas y amigos, ejerce la sabiduría en cuanto a ellos. Y sólo tendrás que gravitar hacia lo que eres. No pierdas el tiempo con aquellos que no son lo que tú eres. Las viejas relaciones que aplastan, ya sabes, los que siempre se quejan, siempre piden, siempre acceden a todo, siempre juegan el papel de tirano/víctima: «Hiciste eso, no hiciste aquello. Me decepcionas; me hieres» y
toda esa basura. Todo empezó maravillosamente, embriagador, limpio, mucha energía sexual, mucho amor y el uno aprendió algo del otro. Cada uno experimentó algo del otro. Quizás fue una de esas relaciones planeadas en el cielo, en el Plano Sublime, porque fueron claves para ponerte en el camino. Seguir en el camino o no siempre es un riesgo que tomamos como seres espirituales cuando habitamos el cuerpo carnal.
Pero esos seres están allí: se supone que deben estar en nuestra vida.
¿Y cuándo se supone que no deben estar? Cuando ya no se aprende nada. Cuando ya no hay nada que aprender sólo hay aburrimiento. ¿Y qué llena el vacío del aburrimiento? Las discusiones. Tenéis que provocaros el uno al otro. ¿Sabes por qué? Porque ya no queda nada en la relación. De algún modo tenéis que pasar el tiempo. De algún modo tenéis que justificar el estar juntos, de modo que os irritáis mutuamente, os acusáis mutuamente, hacéis todo eso y todo aquello. Todo terminó.
Necesitamos saber cuándo marcharnos. Y cuanto antes, mejor, antes de que todo se convierta en una miríada de emociones tan complicada que el alejarse es una experiencia confusa y perturbadora. Y no es que aún ames a la otra persona, lo que pasa es que la confusión te atormenta. ¿Eso es lo que quieres? No. Entonces, ¿de qué se trataba?, eso es lo que te atormenta. Yo te digo de qué se trata: te quedaste demasiado tiempo en esa experiencia.
Un pequeño comentario al margen sobre las personas que usan la palabra «amor». La mayoría de los que la usan no saben lo que significa. Así que lo que realmente están diciendo es «te necesito». Pero se ha abusado del amor a menudo. Ha habido personas que han abusado de su terminología para esclavizar y tender trampas. Y de algún modo, cuando le dices a alguien «te amo», piensas que la persona tiene que bajar la guardia. Eso no es amor.
Con frecuencia, cuando las relaciones se interrumpen, se parten o se hacen astillas —esa expresión se está oyendo mucho— normalmente lo hace el que quiere aferrarse. Y aferrarse no justifica la relación. Todo se ha convertido en un hábito, una dependencia, si quieres, una relación de co-dependencia. No tiene nada que ver con el amor, sino con el control y la necesidad. Y si alguien te dice: «Pero yo te amo, ¿cómo puede ser esto?», pues bien, si fuera totalmente sincero, nunca habría sucedido nada. Y el hecho de que alguien diga que te ama no indica necesariamente que deberías cambiar el curso de tu vida para someterte al amor, porque es más bien una necesidad o hábito del otro para restablecer el control, y para lograrlo usan esa expresión. El artículo real y genuino aparecerá en el camino. Y cuando lo haga, no estará sumido en ninguno de esos juegos. No habrá territorios definidos ni barreras protectoras. Será una fusión armoniosa de los dos en uno. Es algo hermoso y sucede de un modo natural. No hay que trabajar para lograrlo; ya está aquí y es tan dulce... Ese es el artículo genuino.
Y no es cierto que haya que esforzarse en las relaciones. Las que se hacen en el cielo no necesitan de tu esfuerzo. ¿Comprendes? Que así sea.
sábado, 17 de julio de 2010
"El Dinero" - El Plano Sublime - Ramtha
(...) Muchos de vosotros deseáis una riqueza fabulosa, pero no aportáis nada a cambio para que suceda. Quieres riqueza ilimitada, pero regateas con los demás. Eres el más tacaño de todos. ¿En qué punto son compatibles la tacañería y lo ilimitado? No lo son. Regresemos al Plano Sublime, al área de contemplación donde trazamos los potenciales de la línea de la vida. Allí el dinero no es un problema, pero aquí claramente lo es, y la persona sabia entiende eso.
En este potencial de vida no aparece la riqueza hasta que hayamos solucionado el asunto de las cargas. Y tal vez algunas de esas cargas tienen todo que ver con este asunto. Por ejemplo, pensamos que para llegar a la cima del éxito es necesario manipular el dinero. Y eso estaría incluido en la lista de cargas por resolver. Pero
atraemos el oro del alquimista únicamente cuando terminamos el programa. Una vez terminado, vamos a tenerlo porque está limpio. Es energía limpia.
Es un poder que abrirá la puerta para que se presenten sucesos extraordinarios, porque libera totalmente la parte física de la necesidad de supervivencia y no permite que el espíritu recaiga en los tres primeros sellos, esa condición animal de la competencia despiadada, de supervivientes, de linderos, la mentalidad del rebaño.
Pero entonces imagina esto: si en ese lugar tenemos todo lo que deseamos al instante, realmente no nos costó nada imaginarlo porque esa es nuestra naturaleza, y nuestra naturaleza es tener cualidades imaginativas ilimitadas. Esa es nuestra naturaleza, nuestra personalidad; Se supone que es lo que debemos hacer. Y allí en
el Plano Sublime o en el cielo, dondequiera que elijamos ir o podamos ir, se nos presenta lnstantáneamente. Entonces lo que realmente es de valor no es el oro, sino nuestra cualidad imaginativa, ser capaces de crear imágenes adecuadamente. Así que ya hemos comprendido que eso está incluido en la continuidad del trabajo. Todo maestro que ha vivido más de la expectativa de vida de ochenta años, que ha vivido dos años más, ya ha obtenido su riqueza.
Ahora, este es mi punto: si nos sentamos en el trono del Yo espiritual, sólo podemos ser lo que somos naturalmente. Nos adherimos a la cualidad imaginativa de la conciencia y energía y allí debemos hallar la realidad, la profunda realidad. Así es el espíritu, no lo limita nada. Es sólo la conciencia del cuerpo lo que nos
limita y nos cercena. Esa limitación se presenta porque le entregamos nuestro poder.
Pero examinemos esto un momento. ¿Qué tan espiritual es una persona que se vale de intrigas en los negocios? ¿Qué tan espiritual es una persona que te regatea los últimos cien dólares de un proyecto en el que has invertido mucho tiempo? Esas personas no son espirituales. Eso ni siquiera tiene sentido porque la persona espiritual que viene de ese lugar no necesita hacer algo así. ¿Comprendes? Porque el espíritu nunca está en estado de carencia. Trabaja para reemplazar su energía, no para reemplazar dinero. Trabaja para reemplazar su energía. Y cuando haces cuentas y te las ingenias para rebajar el precio de algo o para convencer a alguien de que te cobre menos dinero, en ese momento, eres lo más inespiritual que hayas sido. ¿Tú dices que eso es hacer buenos negocios? Yo digo que es espiritualismo pobre. ¿Y quién va a sobrevivir a quién?
Nunca vas a conseguir la riqueza fabulosa mediante intrigas en los negocios. No está en el programa; no está. Nunca te llegará. No lo permitiré porque no está en esta agenda. Llegará cuando con rectitud pongas en práctica lo que te he enseñado.
La riqueza fabulosa no vendrá de ahorrar centavos o de recortarle los honorarios a alguien para que puedas tener unos dólares más en el bolsillo. No vendrá de ese modo. Vendrá de esas tres piedras que tienes en el bolsillo y de ese espíritu que esta enfocado en eso de manera ilimitada. No va a venir de otra persona. Vendrá
de las puertas que se abren para permitir que suceda. Pero dejar la mirada fija en algo es ser negligente. Así no funciona.
Ahora empezamos a comprender por qué muchos de vosotros no habéis obtenido vuestra riqueza fabulosa. ¿Sabes por qué? No has traído nada a la mesa ni siquiera para mostrar lo que eres. Eres tomador y no dador. Hay una diferencia. El humano es tomador; no es un dador. Es el espíritu quien da. Aquello nunca ocurrirá;
sencillamente no.
Las acciones que generamos desde una perspectiva más elevada son lo que la producirán y la harán caer del cielo o nos traerán lo extraordinario a la puerta. Tenemos la oportunidad de abrir la puerta y de escoger lo que deseemos.
¿Y cuántos de tus bienes tangibles estás dispuesto a arriesgar por la habilidad imaginativa de tu espíritu? Eso es ponerlo en práctica. Lo arriesgamos todo. Conozco una entidad que lo ha arriesgado todo. ¿Qué significa eso? Significa que la elección de ser espiritual y creer en la imagen de la imaginación es más fuerte y más real que los bienes acumulados que yacen bajo la amenaza de desaparecer a causa del sueño.
¿Cuándo nos damos por vencidos? ¿Cuándo decidimos lo que es real y si hay algo que nos pueda derrotar? Una verdadera persona espiritual nunca se rendirá ante las cosas tangibles. Nunca renunciarán al sueño, incluso si ello implica perder todo lo que tienen. Si perder todo lo que tienen les permite aislar el sueño sin cargas, entonces que así sea. ¿Hasta qué punto estás dispuesto a hacerlo? No muchos de vosotros estáis dispuestos a hacerlo porque la energía se ha colocado en la zona protectora de supervivencia.
Es algo semejante a los aspectos que hemos discutido antes. No quieres tocar el tema de la salvación porque eso implica mirarte a ti mismo, pero como eres cobarde, no lo haces. Pues bien, es exactamente igual cuando se trata de ser el espíritu. ¿Cuánto tiene que llevarse la marea antes de que te des por vencido y te vuelvas humano de nuevo? Esa sí que es una prueba. Eso es arriesgarlo todo y una entidad así merece el
reino de los cielos, ¿no te parece? Sin importar lo que sea, esa persona se aferra al sueño, no lo deja escapar. Allí está operando una realidad espiritual poderosa, pase lo que pase.
En la convención siempre estamos a salvo, siempre y cuando no toquemos estas zonas. Podemos jugar, jurar lealtad, jurar apoyo, podemos sostener que somos esto y aquello hasta que se nos llama para que lo coloquemos todo sobre la mesa. Es entonces cuando sabemos de qué estamos hechos. Realmente lo sabemos.
Es como estar alardeando en la posada El Pony Pisador, diciendo que somos un magnífico guerrero, hasta que llega la hora de estar sobre el caballo a las tres de la mañana con la armadura puesta, tambores que empiezan a retumbar y campanas que empiezan a sonar sobre la crin del caballo, y sabes que vas a un destino y vas a tener que vivirlo ahora. ¿Eres allí tan grande, malo y asombroso? En el campo de batalla la historia es diferente. Es como la idea que hay por ahí de que alguien se graduó de esta escuela. Vamos, por favor, al campo de batalla. Vamos al campo, hagamos un examen. Veamos si eres un graduado de la Gran Obra. ¡Cobarde!
Como ves, es muy fácil hablar; es muy fácil ganar prosélitos. Es fácil decir lo que harías y no harías, pero nunca sabes de qué estás hecho hasta que tienes que sostener el sueño y caminarlo. Ahora lo sabemos.
¿Nos está examinando Dios? Bien. En algunos lugares nos gusta decir «te están probando». No. El mero acto de asirse a algo intangible mientras todo lo que está debajo de uno, y que es básicamente físico, es barrido por la marea creada por el simple hecho de no tener la energía puesta allí, porque toda tu energía está en un sueño, ¿es eso una prueba? No, no lo es. Pero ¿no es interesante que lo veamos así? ¿Y por qué nos parece interesante? ¿Por qué me parecería a mi interesante oír a una persona decir algo así? Porque entonces sé que está pensando en volver atrás y retractarse del sueño. Y para entretener la idea, dicen que es una prueba. No lo es. Para un maestro verdadero no hay otra elección; sencillamente no la hay. No es una prueba; es inmutabilidad. Tienes que maravillarte de una persona de tal poder, porque no se les puede comprar. No se les puede amenazar. He ahí un ser imponente. Aquí tenemos personas que están pasando por eso.
Es tan fácil decir «cometí un error». Es tan fácil decir «no debería tener un sueño tan elevado». Es muy fácil, pero esa es la evasiva de un cobarde. Es muy fácil decir, «no me siento bien» el día que montamos sobre el caballo macizo.
«Monta y vomita por el lado izquierdo. Cada vez que esos tambores retumben, vomita. Vas a montar.»
¿Comprendes? Es muy fácil decir «no me siento bien». Y, por Dios, no podemos sentirnos bien. Con sólo pensar en ello nos mareamos. La idea de perderlo todo nos pone nerviosos. Es suficiente para producirle a uno náuseas. Con la idea de ir a una batalla uno se enferma. Pero entonces sabemos de qué estás hecho, ¿no es
verdad? Y tú también lo sabes. Es demasiado fácil tratar de retractarse del espíritu. Y se hace tan a menudo por amor a la convención, a los buenos negocios, para justificar nuestras pérdidas, para anularlas.
También es fácil decir «me equivoqué». Estamos totalmente dispuestos a salir con toda desfachatez y decir «me equivoqué», cuando nos conviene decirlo.
«Por supuesto que lo hiciste, buen tipo.»
«¡Vaya! Me libré de esa. Lo único que tuve que hacer fue decir que había cometido un error, y todos me volvieron a aceptar.»
«Buen tipo, buen tipo, buen tipo», dicen mientras disfrutan de una cerveza. «Ah, fue lo suficientemente hombre como para admitir que se equivocó.» Sí, fue lo suficientemente hombre. Eso es lo único que fue. ¿Comprendes?
Pero no tuvo grandeza. Y la grandeza no viene de ser hombre o mujer. Viene de la viabilidad y seguridad del espíritu que insistió en ver la mesa llena sin importar cuán vacía te digan todos que está. Ese es un ser espiritual.
No es una prueba. Es solamente una prueba cuando tropezamos, ¿no es así? Y sólo se vuelve un error cuando decidimos retractarnos de la experiencia, salir de ella y de algún modo ponerle un color al cuadro para que sea aceptable y agradable a nuestra conciencia humana, que lo que verdaderamente quiere es demostrar su tesis.
Ahora bien. Para mí la culpa es algo inaceptable; nunca la tuve y me parece que tú tampoco la deberías tener. Para mí es algo inaceptable oírte decir que te equivocaste. Yo nunca lo hice, ni deberías hacerlo tú. Yo nunca inventé excusas, tampoco deberías hacerlo. Estamos hechos o del espíritu que viene del Plano Sublime,
o lo único que somos es, a fin de cuentas, los activos de la capacidad de nuestros sentidos, nuestra mente astuta y nuestras víctimas dispuestas, un almacén de víctimas dispuestas a las cuales acosamos para nuestro sustento diario, cualquier cosa que el sustento sea: dinero, afecto, culpa, un intercambio de poder que entra y
sale, hacer víctimas de los emocionalmente débiles, satisfacción sexual, no importa lo que sea. Eso es todo lo que nos queda y te digo: para mí no es suficiente y nunca lo fue.
Si te arrepientes de algo de tu pasado, todavía estás atrapado allí. ¿No es así? No nos arrepentimos del pasado cuando no dejamos huellas de él. ¿Cómo puede eso ser posible? Porque el pasado nos sirvió para completar la experiencia. Estamos aquí para hacer conocido lo desconocido.
¿Cómo podemos llamar error a una experiencia y arrepentimos de ella? ¿Quién hubieras sido sin esa experiencia?
Puedo decirte que seríamos mucho menos de lo que somos ahora, porque a veces hay que pasar por experiencias terribles para poner de rodillas a nuestra humanidad de modo que pueda nacer el Yo espiritual. ¿Por qué deberíamos pensar que es algo malo? Deberíamos estar agradecidos.
¿Por qué deberíamos lamentarnos de los padres que tenemos? ¿O por qué lamentarnos por el cuerpo que tenemos? Hacerlo sería ser prisioneros de él y de toda la pena, sufrimiento y miseria que provienen de ello, así como de la energía que se acaba a medida que el reloj hace tictac porque estamos atrapados en el pasado. ¿Por que arrepentirte de alguna de las cosas que te trajeron hasta este momento? ¿Por qué arrepentirte de cualquier conquista, no importa cuán hedionda y sangrienta haya sido, si nos ha llevado al paraíso? ¿Por qué arrepentimos de eso?
Así que una persona espiritual que concibe un sueño y cree en él sabe algo. Sabe que la realidad está viva y con buena salud dentro de sí. Y si puedes sostener esa realidad por deferencia a esta realidad, lo que se te devuelve —escucha esto— todo ese rechazo que viene de afuera hacia tu sueño, tiene un propósito.
¿Sabes por qué tiene un propósito? Porque te puedes alimentar del rechazo. ¿Cómo se alimenta de él una persona espiritual? Convierte el enfoque en energía resuelta. De algún modo esa energía refuerza el sueño de una entidad valiente. Y mientras más rechazo y crítica haya, mientras más griten a tu alrededor, una verdadera persona espiritual se alimenta de esa energía y la transforma. Se alimentan de ella y eso los hace más resueltos y algún día esa resolución se abrirá paso, porque es más grande que la vida. Es más poderosa que la vida. ¿Cómo podemos arrepentimos de eso? ¿Y por qué no querríamos experimentarlo? ¿Por qué no querríamos que alguien nos ridiculizara?
¿Por qué no querríamos experimentarlo si podemos alimentarnos de la energía, tomarla y convertirla en lo que somos de una forma más incondicional? ¿Por qué no querríamos hacer eso? ¿Por qué no ver la oposición como una oportunidad para agrandar lo que eres en lugar de permitir que doblegue tu resistencia? No se supone que deba doblegarte a menos que seas tan débil como para que te arrase.
Y te digo: la grandeza es esa magnífica torre que se desprenderá del templo y que se dirige hacia arriba por encima de las cabezas de todos. Todos percibirán que esta entidad está conectada a una fuente de poder espiritual. El mundo puede ir y venir, pero ese poder permanece allí. Y cuanto más nos opongamos a él, más grande será. Cuando sea lo suficientemente fuerte, se abrirá paso a través de este plano y todo lo hará añicos. Será un ejército que marcha con vehemencia y nada detendrá su manifestación. Nada.
¿Por qué no vemos la crítica como alimento, como material de construcción? ¿Por qué no la vemos de esa manera? ¿Y por qué no comprendemos que a menos que mantengamos el sueño del Yo espiritual imaginativo, ni siquiera podemos empezar a llamarnos espirítuales, mucho menos maestros? Y si tenemos esa certeza dentro de nosotros, ¿por qué tenemos que bajar aquí a hacer tonterías en los asuntos diarios engañando a la gente, cortando caminos, lo que usualmente significa cortarse a sí mismo? De ese modo nosotros mismos nos estamos dejando fuera de la escena, ¿no es verdad?
El dinero. Está encerrado en ese futuro fabuloso que ya fue creado en el Plano Sublime. Pero para obtenerlo tienes que ir al lugar espiritual de la creación de imágenes, porque es obvio que no tienes una facultad o activo lo suficientemente pujante como para producir una riqueza fabulosa, teniendo en cuenta que usas una pequeña parte del cerebro, tienes poco conocimiento y todavía menos capacidad. No tienes lo que se requiere para producir una fortuna así, pero el espíritu sí.
De modo que ella llega a través del reino de los cielos. Es un regalo del espíritu. En otras palabras, nos lo regalamos a nosotros mismos en otro lugar. Allí nos encargamos de que todo saliera bien aquí, siempre y cuando hiciéramos el avance de resolver los asuntos sin terminar y de tener resolución, porque es peligroso recibir todo cuando se tiene una vida incompleta, cuando se está en medio del dolor emocional y el sufrimiento. Eso sólo complica las cosas, no las facilita.
Como sabes, todo el dinero del mundo no va a remediar tu vida de víctima. Nunca ha sido así, ni lo será. Ni todo el dinero del mundo te va a liberar del pasado; más bien lo va a intensificar. Aquí es donde entramos nosotros. Cuando hemos aprendido a pisar por el sendero espiritual a diario ejecutando nuestros deberes como seres espirituales, se nos otorga la libertad noble de sostener los sueños. Esa es la naturaleza del espíritu. Y a medida que día a día damos un paso tras otro, la huella que dejamos atrás se disolverá y regresará a nosotros y nuestro campo radiante aumentará de tamaño. Y cada día nuestra vida prospera, nuestra salud mejora, cada
día rejuvenecemos en lugar de envejecer. Todas las buenas obras que hacemos se van amontonando y un día nos damos cuenta de que nuestros pensamientos comunes ya no están basados en lo que se llama la neocorteza o los tres primeros sellos; son pensamientos arraigados en el templo interior. Empezamos a pensar como dioses por medio de crear imágenes. Y cada día tenemos el poder de hacer que esos pensamientos se cumplan. Entonces nuestro desempeño diario ya no tiene una etiqueta con un precio. Se trata entonces de ser Dios, que lo es todo, porque cuando hayamos logrado esto tenemos poder y autoridad sobre todas las riquezas y fortunas, es algo insignificante.
jueves, 19 de noviembre de 2009
El Arte de Cocinar el Alimento (Alex Von Foerster)
"Cuando cocinas no estás simplemente trabajando con comida, estás trabajando en ti mismo, en los demás" (Shunryu Suzuki).
Cocinar es silencio, silencio que no implica únicamente la supresión del diálogo; sino el encontrarse con uno. Es un espacio para crear, y como todo acto creativo, es infinito. La apreciación generalizada es que "consume" tiempo. Esta aseveración sólo puede surgir de la desconexión con esa sabiduría interna que enseña a nutrirnos, equilibrarnos y curarnos, con la selección y preparación del alimento. En Ayurveda se dice que la mejor medicina es el alimento, la salud se gana o se pierde por medio de la comida.
Cocinar es una hermosa danza, es meditación. Es un aprender a dejar fluir, en la cual se pierde la noción del tiempo. Si hay atención, este arte siempre te enfrenta a lo nuevo. No hay dos recetas o plato siguales.
Remitámosnos a uno de los alimentos básicos de cualquier civilización, el pan. Nos enseña a esperar. El amasado, leudado y horneado, nos abren la posibilidad de desarrollar la paciencia; en un mundo que todo lo pasa por el ojo del rendimiento, de la mayor ganancia. Si observamos, veremos que fuimos abandandonando el hábito de hacer pan, pastas caseras, ya no hay tiempo...
La antigua sabiduría menciona que el acto de cocinar y comer el alimento, es un sacrificio sagrado, una ofrenda a la Divinidad. Nunca se debe realizar solamente para uno mismo; sino en familia, con amigos o hasta invitando a un desconocido. Cuando comamos - señala Michio Kushi- reflexionemos que hemos venido del alimento, el cual ha venido de la naturaleza, por el orden del universo infinito, y seamos agradecidos por todo lo que nos ha sido dado.
Swami Tilak, discípulo del medico yogui Bajaranda Dasa señala lo siguiente: "Dedica el acto de cocinar al Ser Supremo. Haz de la cocina una imagen de limpieza y agrado. Cuida y mantén los utensillos en buen estado. Trata siempre de escoger un menú que proporcione armonía entre la mente, el cuerpo y el espíritu. Mantén siempre un flujo de pensamineto amoroso durante la preparación del alimento. Cuanto pase por tu cabeza, cuanto pienses durante la elaboración, será en esencia consumido por los demás al ingerir el alimento. Comprende que la comida que sirvas contendrá tu energía, tu pensamiento, tu karma y tu amor en forma sutil y esencial. Por ello, sé siempre positivo cuando cocines y ve el acto de la vida en el acto de cocinar. Cocina sagrado!"
Actualmente seleccionemos la comida a partir de lo que "nos ahce bien", donde el "me hace bien" o es "bueno", responde a una dieta determinada, o a que el alimento no "engorde", no aporte muchas calorías , tenga calcio, sea ying o yang, no sea ácido, responda a mi tipo físico, sea compatible, y tantos otros carteles. Ya sea a través de la alimentación convencional y sus prometedoras dietas o los infinitos caminos que se encuentran en la senda natural; la información nos satura, pudiendo en muchos casos, hacer del comer un acto extremadamente pensante, obsesivo, una planificación mental agotadora. Nuevamente caímos en un extremo. Ya no importa si me gusta, si es rico; como porque es bueno. Si bien considero básico e indispensable que cada uno investigue y aprenda cómo armar y equilibrar su dieta, no reprimamos el placer. No perdamos fluidez. No nos contracturemos con información.
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Acerca del Vegetarianismo (Alex Von Foerster)
En casi todos los países industrializados, la pasión por la carne vacuna y la alimentación basada en esta, no tiene más de cien años. este auge comenzó en el siglo XX, de la mano del frigorífico y la sociedad de consumo.
Desde el año 1975 se sabe, según datos recopilados por el Departamento de Agricultura de los EEUU, que más del 90% de los cereales producidos en América se destinan al ganado (vacas, ccerdos, corderos, y pollos). Esa cantidad de granos, alimentaría a un número mucho mayor de personas que la proporción de carne que se obtiene de los animales alimentados con estos cereales. La información brindada por el mismo Departamento y recopilada por F. Moore Lappé en "Diet for a Small Planet"; indica que por cada 16 Kg. de cereales y legumbres dadas al ganado, se obitene sólo 1 Kg de carne. Se producen alimentos más que suficientes para todo el planeta, pero están siendo mla distribuidos y administrados.
La producción industrial de carne contribuye a la degradación del medio ambiente. Millones de hectáreas de selva y bosque son destruidos cada años, para convertirse en tierras de pastoreo y cultivos que se utilizan exclusivamente para alimento de animales. Los vertidos y las alcantarillas contaminadas de los mataderos y granjas industriales, acaban por contaminar ríos y arroyos. Además, para producir 1 Kg. de carne, se requieren 2.500 a 6.000 lts.. Como si esto fuera poco, la ganadería intensiva contribuye al efecto invernadero, debido a las emisiones de gases provenientes de los intestinos del ganado en todo el mundo.
Desde el momento en que el animal es sacrificado, su carne comienza a descomponerse y al cabo de unos días toma un color verde-grisáceo. La industria cárnica, disfraza esta decoloración añadiendo nitritos, nitratos y otros conservantes que devuelven a la carne su color rojo original. Estos productos químicos son cancerígenos. El problema empeora todavía más, con la cantidad de productos químicos que se le añaden a los alimentos del ganado, antibióticos, tranqulizantes, y otras drogas suministradas a fin de mantener vivos a los animales. Estas drogas y toxinas, permanecen en la carne en el momento de consumirla. Debe quedar en claro, para aquellos que siguen una dieta lactovegetariana que el consumo de lácteos y derivados, a no ser que sean de origen orgánico o ecológico, fomenta este sistema de producción.
Leonardo Da Vinci decía que "en verdad es el hombre el rey de los animales, pues a todos los excede en brutalidad".
En 1982, la Academia Americana de Ciencias, publicó un informe que señalaba que a fines del siglo XIX, el consumo de carne por persona en España era de 15 kg. por año; mientras que en 1985 era de 72 kg.. Esto supone un aumento de 500%.
La actual crisis alimentaria mundial, es ante todo una crisis de valores. Siempre tengamos presente que la oferta actual, es la que cada uno de nosotros alimenta. Si cambia la demanda, cambiará sola la oferta.
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Esa cáscara perdida (Alex Von Foerster)
La historia de la humanidad está íntimamente ligada a los cereales integrales. Desde que el primer hombre apareciera sobre la tierra, éste ha sido el alimento más importante para su desarrollo. Unos 10.000 años antes de Jesucristo, mucho antes del persa Zaratustra, o del faraón egipcio Keops; el hombre ha preparado panes y tortas a base de cereales. La mayoría de las culturas crearon una mitología, en la que honraban al cereal como a un dios.
A pesar de esto, nuestra sociedad “evolucionada”, muestra otra realidad. Lo habitual en la mesa es lo blanco, refinado, desvitalizado. A tal punto que muchos desconocen qué es un grano integral. ¿Cuántos consideran que el mijo es un alimento para pájaros? Sin embargo, en la época neolítica, fue el principal cereal. Restos de mijo se han encontrado en el estómago de cadáveres egipcios prehistóricos y es hoy día, el alimento base de pueblos del Norte de China, India, Corea y Etiopía.
Esta super-evolución tecnológica que en lo que respecta a los cereales, ha quitado, en la refinación, las partes más valiosas; trae consigo un abanico de enfermedades degenerativas. Está asociado a las afecciones cardíacas, diabetes, obesidad, anorexia, bulimia, alergias, artrosis, reuma, cáncer, y tantas otras. Es el momento de replantearse si la “pureza” que otorga el color blanco a las harinas, es sinónimo de desarrollo o de involución.
Debemos comprender que el grano es algo único. La energía dentro de él está intacta y es la que puede generar una nueva vida. Al observar un grano a través de la fotografía Kirlian (http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A1mara_Kirlian), se aprecia la energía vital que lo rodea; energía ausente en un cereal refinado.
Al procesar un cereal, se produce la pérdida de su poder de cohesión, se lo divide en mil pedazos y esto partido, no unificado, desintegrado, es lo que la persona consume. Es de esperar que una dieta cargada de alimentos refinados y altamente procesados, genere una actitud dispersiva. La duda aflora, se nubla la conciencia y se pasa a depender de un sistema que no contempla nutrirnos.
La alimentación a base de cereales integrales, debe ir mucho más allá de una simple moda. Es una vuelta a épocas en las cuales el hombre se encontraba más conectado con el medio. ¿Dónde quedó ese respeto y agradecimiento por lo que la tierra nos da? Observemos lo que históricamente ha sucedido con el amaranto y la quinoa o “grano madre”, como la llamaban los incas. Estos, al igual que los mayas, realizaban ceremonias religiosas para su cultivo. La llegada de los españoles arrasó con esos rituales, haciendo prácticamente desaparecer estos tesoros alimenticios. Actualmente, gracias a investigaciones realizadas por la FAO (Food Agricultura Organization), estas semillas están resurgiendo, ya que se ha comprobado su alto valor nutritivo.
Párrafo aparte ocupa la refinación del arroz. Primero, el haber quitado las vitaminas del complejo B, desató, en países orientales donde el arroz blanco es el alimento principal, una enfermedad conocida como beri-beri.
En la actualidad, por lo menos un tercio de la población mundial depende del arroz. Arroz blanco, carente también de beta-carotenos o pro-vitamina A; compuestos esenciales para la síntesis, por parte del organismo de la vitamina A. Millones de niños sufren deficiencia de esta vitamina.
En Alemania la ingeniería genética ha logrado introducir en el grano, tres genes que codifican la síntesis del beta-caroteno, luego transformado en vitamina A. Como resultado se obtiene el “arroz dorado”, un alimento genéticamente manipulado, para “suplir” lo que el arroz naturalmente poseía y le ha sido quitado. Para esto son necesarios 100 millones de dólares y grandes campañas para justificar semejante “logro”.
No se han buscado las soluciones verdaderas. La revolución de agroquímicos, sumada a las modificaciones genéticas en los alimentos; han logrado índices de producción cada vez mayores. Eso sí… el hambre y la desnutrición en el mundo crecen, sin una aparente solución. Aumenta el promedio de vida de cada persona, como cae y se degrada la calidad de vida de la misma. Creo, como señala Charles Brandt, que nada ha hecho más daño a la humanidad como el disparatado empeño de corregir la naturaleza.
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