jueves, 19 de noviembre de 2009
El Arte de Cocinar el Alimento (Alex Von Foerster)
"Cuando cocinas no estás simplemente trabajando con comida, estás trabajando en ti mismo, en los demás" (Shunryu Suzuki).
Cocinar es silencio, silencio que no implica únicamente la supresión del diálogo; sino el encontrarse con uno. Es un espacio para crear, y como todo acto creativo, es infinito. La apreciación generalizada es que "consume" tiempo. Esta aseveración sólo puede surgir de la desconexión con esa sabiduría interna que enseña a nutrirnos, equilibrarnos y curarnos, con la selección y preparación del alimento. En Ayurveda se dice que la mejor medicina es el alimento, la salud se gana o se pierde por medio de la comida.
Cocinar es una hermosa danza, es meditación. Es un aprender a dejar fluir, en la cual se pierde la noción del tiempo. Si hay atención, este arte siempre te enfrenta a lo nuevo. No hay dos recetas o plato siguales.
Remitámosnos a uno de los alimentos básicos de cualquier civilización, el pan. Nos enseña a esperar. El amasado, leudado y horneado, nos abren la posibilidad de desarrollar la paciencia; en un mundo que todo lo pasa por el ojo del rendimiento, de la mayor ganancia. Si observamos, veremos que fuimos abandandonando el hábito de hacer pan, pastas caseras, ya no hay tiempo...
La antigua sabiduría menciona que el acto de cocinar y comer el alimento, es un sacrificio sagrado, una ofrenda a la Divinidad. Nunca se debe realizar solamente para uno mismo; sino en familia, con amigos o hasta invitando a un desconocido. Cuando comamos - señala Michio Kushi- reflexionemos que hemos venido del alimento, el cual ha venido de la naturaleza, por el orden del universo infinito, y seamos agradecidos por todo lo que nos ha sido dado.
Swami Tilak, discípulo del medico yogui Bajaranda Dasa señala lo siguiente: "Dedica el acto de cocinar al Ser Supremo. Haz de la cocina una imagen de limpieza y agrado. Cuida y mantén los utensillos en buen estado. Trata siempre de escoger un menú que proporcione armonía entre la mente, el cuerpo y el espíritu. Mantén siempre un flujo de pensamineto amoroso durante la preparación del alimento. Cuanto pase por tu cabeza, cuanto pienses durante la elaboración, será en esencia consumido por los demás al ingerir el alimento. Comprende que la comida que sirvas contendrá tu energía, tu pensamiento, tu karma y tu amor en forma sutil y esencial. Por ello, sé siempre positivo cuando cocines y ve el acto de la vida en el acto de cocinar. Cocina sagrado!"
Actualmente seleccionemos la comida a partir de lo que "nos ahce bien", donde el "me hace bien" o es "bueno", responde a una dieta determinada, o a que el alimento no "engorde", no aporte muchas calorías , tenga calcio, sea ying o yang, no sea ácido, responda a mi tipo físico, sea compatible, y tantos otros carteles. Ya sea a través de la alimentación convencional y sus prometedoras dietas o los infinitos caminos que se encuentran en la senda natural; la información nos satura, pudiendo en muchos casos, hacer del comer un acto extremadamente pensante, obsesivo, una planificación mental agotadora. Nuevamente caímos en un extremo. Ya no importa si me gusta, si es rico; como porque es bueno. Si bien considero básico e indispensable que cada uno investigue y aprenda cómo armar y equilibrar su dieta, no reprimamos el placer. No perdamos fluidez. No nos contracturemos con información.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario